A raíz de una iniciativa que desde el año 2009 viene impulsando la Asociación Rosarina de Pesca con Mosca (Arpemo) para preservar humedales, la diputada provincial Alicia Gutiérrez (SI) presentó un proyecto de ley para declarar área natural protegida al sector de la cuenca del arroyo Monje, comprendido desde la intersección de ese arroyo con la Ruta Nacional Nº 11 hasta su desembocadura en el río Coronda dentro del departamento San Jerónimo. La iniciativa lo inscribe bajo la categoría de reserva hídrica natural. Esta normativa tiene por objeto preservar la flora, la fauna y el paisaje natural que fueron modificados por el hombre a través de las diferentes intervenciones que se realizaron en la zona.
“Es uno de los últimos lugares que aún conserva algunos sectores sin intervención del hombre y donde juegan muchos intereses de parte de los productores que requieren obras para que sus campos desagoten rápidamente y ganar superficie de cultivo en una zona que siempre fue inundable naturalmente. Lamentablemente este tipo de intervenciones artificiales como pretender enderezar las curvas del arroyo y nivelar su profundidad, provocan un impacto ambiental considerable y negativo” indicó Fabián Baena de Arpemo.
Con el proyecto de Gutiérrez se trata de evitar para el sector delimitado los trabajos de canalización que alteraron los cursos y depositarios naturales de agua provocando inundaciones y otros problemas para la población. Además busca preservar la biodiversidad y la belleza natural que tiene el lugar “y que atrae a muchas personas que les gusta la pesca o buscan un espacio verde para descansar o disfrutar” según expresó la legisladora.
En este tramo del arroyo la formación de saltos naturales posibilita la presencia de peces, en especial de dorados, que son muy solicitados por los pescadores. Además, en la desembocadura, se forma una playa natural conocida como balneario La Boca de Monje que constituye un gran atractivo turístico. “Es necesario tomar medidas para que se pueda disfrutar de la naturaleza fomentando el respeto al medioambiente y evitando la pesca indiscriminada”, agregó la diputada del partido SI.
Esta porción del arroyo, el último tramo de una gran cuenca que fue notablemente modificada por la mano del hombre, favorece el sistema hidrológico ya que regula el caudal de agua, atenúa las inundaciones y contribuye a la recarga de acuíferos. Asimismo, los humedales de las lagunas permanentes o temporales retienen y diluyen contaminantes producidos por los agroquímicos utilizados en las prácticas agrícolas de la zona. Los bosques ribereños procesan smog, producen madera, leña, forraje, materiales para la construcción, alimentos vegetales y animales, brindan componentes para la elaboración de medicamentos y benefician la polinización de las huertas y el arbolado público.
Ubicación estratégica. Por otra parte, la cuenca del arroyo Monje tiene una ubicación geográfica estratégica no solamente desde el punto de vista regional sino nacional e internacional ya que es zona de paso obligado del Mercosur. Su pasado colonial la convierte en un enclave de gran valor cultural en tanto formó parte del Camino Real.
Baena agregó que “hace unos meses se realizó una reunión en Gaboto con distintos actores sociales, instituciones y referentes provinciales en la que se planteó la necesidad de generar una trama de comunicación entre ambientes protegidos, sobre todo en las cuencas hídricas, como ya se hizo en el arroyo Pavón. El fundamento es que canalizar artificialmente no contribuye a la solución de los anegamientos en los campos y genera grandes inconvenientes en las localidades aguas abajo, amén de las canalizaciones clandestinas”.
Antecedentes.
En 2009 desde Arpemo se hizo una presentación mediante un abogado para interrumpir la canalización del arroyo Monje, logrando que se paren los trabajos sobre la ruta 11 y no llegara hasta la desembocadura.
Es por esto que desde la Asociación se presentó ante la Secretaría de Medioambiente la iniciativa de preservar la zona. A su vez, Gutiérrez hizo lo propio en la Cámara de Diputados.
El objetivo es el mismo y urge la necesidad de su aprobación ya sea mediante un decreto o a través de una ley ya que han resurgido las presiones de diversos sectores para concluir con el trabajo de canalización que se interrumpió hace seis años y que, sin embargo, resultó en evidentes modificaciones en el entorno natural del arroyo.
El proyecto ingresó hace algunos días, pero tiene que pasar por distintas cámaras, por lo que se estima que, de prosperar en esa instancia, recién el año que viene podrá llegar al recinto para su aprobación definitiva.
